Crecer desde la curiosidad siempre trae algo bueno.

¿Qué ha pasado?

Ha pasado que hace unos días fuí a un Taller de Crecimiento Personal. Me pedí unos días de vacaciones y con mucha curiosidad acudí a un espacio hostil e incómodo para mí. No suelo apostar por este tipo de talleres porque tal y como soy, no están hechos para mí. Soy más, una persona de crecimiento lento, de análisis y reflexión de las dinámicas instauradas y del perdonarme – amarme para avanzar en la construcción de mi ser de dentro hacia fuera.

La cuestión, es que fuí (formaba parte de una formación que estaba haciendo) con mi curiosidad y esa parte de mí autocuidado, que me hace observar desde la barrera la situación extraña como un espectador en el teatro. Observo que hay personas que ya sólo en la presentación cuentan su vida, sus emociones y por lo que están atravesando con especial cuidado en todos los detalles. Otras, dan clases magistrales de su proceso de desarrollo personal. Y otras, como es mi caso, somos de pocas palabras. Una presentación escueta, sin profundidad y con expectación por lo que vamos a vivir durante los días siguientes.

Cada uno de nosotros, en un punto concreto de su crecimiento siendo más o menos consciente del mismo. Y cada uno con su máscara.

Y la máscara se cayó al segundo día…

En uno de los ejercicio, sin apenas conocernos, salimos de la media luna y cada persona debía decir lo que pensaba. Según varios estudios en psicología social, nos formamos una primera impresión de una persona en menos de 7 segundos, y a veces incluso en menos de 1 segundo. Es rapidísimo.

Algunos detalles curiosos:

  • 0.1 segundos: basta para hacernos una impresión básica de su rostro (si es confiable, atractivo, dominante, etc.).
  • 7 segundos: se consolidan más aspectos, como su forma de hablar, lenguaje corporal, vestimenta, etc.
  • Impresión duradera: aunque pueda cambiar con el tiempo, la primera impresión suele quedarse bastante fija en nuestra memoria.

Y lo loco es que estas impresiones rápidas y automáticas influyen en cómo tratamos a esa persona después, incluso si no somos conscientes de ello. Nos falta consciencia.

https://www.psychologicalscience.org/observer/how-many-seconds-to-a-first-impression

De mí….

Lo pasé fatal. Salir, escuchar, y aguantar que personas que no me conocían, dijeran lo primero que se les pasaba por la cabeza. Pero así estaba estructurado el taller, eran las reglas del juego. La finalidad era conocernos un poco más.

Algunos compañeros disfrutaron con la dinámica. Yo no.

Será, que la vida que he vivido con personas con discapacidad intelectual me ha enseñado, que la persona está más allá de su apariencia física, la ropa que lleva o su postura. Que poder atravesar esos primeros 7 segundos con una mirada limpia y humilde hace que conectemos de una forma más profunda con el ser de la otra persona y comprender que sus conductas responden a algo muy profundo de su historia que no se puede ver.

Y esto, me lo han enseñado personas con discapacidad intelectual. Personas que SI han visto una persona valiente, auténtica y disfrutona, que elige las oportunidades de la vida desde la conciencia, el gozo y la libertad.

Estas vivencias, es lo que hoy me permite acompañar a las empresas y organizaciones en sus modelos de gestión de la diversidad. Me siento afortunada.

¿Y tú, cómo eres y cómo miras a los demás?

Contribuir a una sociedad más amable e inclusiva pasa por ser conscientes de cómo interaccionamos con las personas. Conocer nuestros sesgos desde esa curiosidad de un niño, nos ayuda a atravesar esos primeros 7 segundos con una mirada limpia, humilde y de amor. Sin juicio.

¿En qué te puedo ayudar?

Terapia y Acompañamiento a:

  • Familias
  • Parejas
  • Adultos
  • Adolescentes

Comparte este artículo

Facebook
Twitter
LinkedIn
Email
WhatsApp
Abrir chat
¿Tienes alguna duda? 💬
Escríbeme
Hola 👋
¿En qué puedo ayudarte? Consúltame cualquier duda que tengas. Estaré encantada de atenderte ✨